A estas alturas ya andan todos los niños nerviosos y con la ilusión por las nubes por la cercanía de la Navidad, y todo el mundo habla del tema. Y yo, como cada año, me pregunto cómo me gustaría vivirla desde la escuela. Y la verdad es que cada año tengo una perspectiva ligeramente distinta, así que a saber qué hago cuando tenga un aula como tutora…
No tiene mucho que ver con la entrada pero me ha hecho gracia xD
Al pensar en las Navidades me vienen raudas dos palabras a la cabeza: interculturalidad y consumismo. La primera hace que me plantee el origen religioso de las tradiciones navideñas, y la segunda merece una intervención desde la escuela.
¿Cómo tratar las navidades desde una perspectiva no religiosa?
Me temo que esa pregunta tiene difícil respuesta, porque la mayoría de las cosas que hacemos en estas fechas, nuestras tradiciones más arraigadas, tienen mucho que ver con el catolicismo. Así que yo creo que lo mejor es tratar de paganizar todas esas cosas que han pasado a formar parte de nuestra cultura, y darle una perspectiva intercultural al asunto. Y si además aprovechamos las circunstancias para trabajar valores y emociones, ¡mucho mejor!
- Villancicos: ¿Sobre la virgen María y el niño Jesús? Mejor buscamos o inventamos canciones que, a ser posible, tengan un ritmo parecido pero que hablen sobre cosas bonitas como la paz, la amistad, el amor,…
- ¿Belén o árbol? Mucho más versátil el árbol: aunque su origen sea religioso, podemos paganizarlo sin apenas esfuerzo y realizar muchas actividades bonitas como colgar nuestros deseos o propósitos para el nuevo año en lugar de angelitos y bolas; utilizar adornos típicos del invierno; hablar del abeto como árbol de hoja perenne y observar su forma, sus hojas, sus frutos…
- Carta a los Reyes Magos: la idea de escribir una carta no podemos eliminarla sin más de la programación, es una actividad a la que también podemos sacar mucho provecho. Pero ¿y si se la dirigimos a algún amigo de clase para decirle cuánto le queremos? O ¿por qué no enviar una carta de agradecimiento a las familias? O incluso una carta a alguna gran superficie o tienda de juguetes para expresarles nuestra opinión sobre sus catálogos de juguetes… Cualquier idea vale con tal de que tenga sentido para los peques.
- En general, le daría un sentido más práctico a la Navidad, para que predominaran el invierno, la cercanía en el tiempo de un nuevo año y el espíritu bondadoso típico de estas fechas.
Ojo, no digo que sea negativo el hecho religioso en Navidad, cada uno tiene sus creencias y yo las respeto, pero hemos de comprender que no tiene demasiado sentido que niños musulmanes (por ejemplo) tengan que perderse una fiesta con un espíritu tan bonito sólo por tener origen cristiano…
¿Pero no habías hablado también de interculturalidad?
Sí, porque las familias inmigrantes no sólo no tienen por qué sentirse excluidas en estas fiestas, sino que debemos hacer lo posible por incluirlas y valorar positivamente su diferencia. Para ello:
- Hablaríamos de cómo celebran estas fechas tan señaladas con las respectivas familias, y aprovecharía para que trataran de averiguar la razón de que existan tantas diferencias entre familias de diferentes culturas.
- Trataríamos de investigar cómo celebran la Navidad en otros sitios, verano en el hemisferio sur incluido.
- Incluiría en el aula alguna tradición de otra religión que nos guste especialmente.
¿Y qué haríamos con el consumismo?
En primer lugar, utilizaría un calendario de adviento, algo que se asocia generalmente a pequeños regalos y/o chocolatinas, de una manera mucho menos consumista aunque igual de ilusionante, como ya comenté en esta entrada.
Y en segundo lugar trataría de tratar abiertamente el problema del consumismo en las asambleas, preguntando y preguntando hasta que lográramos reflexionar al respecto. Por supuesto, lo ligaría a todas esas cosas que han pedido o van a pedir a los Reyes Magos (y esto podría ligarse a su vez con la escritura de cartas y los deseos del árbol).
Pero además…
Por supuesto, a parte de todas estas cosas, trataría aprovechar esta época para fomentar la generosidad y la solidaridad entre mis peques.
- Hablaría ellos sobre esos conceptos.
- Nos preguntaríamos cuáles de nuestros actos están impregnados de ellos.
- Pensaríamos cómo nos sentimos al hacer algo por los demás.
Aquí, de manera muy gráfica, la razón del anterior punto
- Con ello, haríamos autoevaluación. ¿Es suficiente? ¿Podríamos hacer más de lo que hacemos o mejor de lo que hacemos por los demás?
- Buscaríamos nuevas formas de ser generosos y solidarios.
- Y evidentemente, pasaríamos a la acción ;)
Ayyyssss… ¡lo que daría yo por tener que adaptar y paganizar la Navidad en mi propia aula!
Porque, no lo olvides:
¡La educación puede (y añado, debe) cambiar el mundo!
Excelente aportación :) Felices Fiestas
¡Muchas gracias! Felices fiestas para ti también, y vuelve pronto, que creo recordar que habías colgado el cartel de «Vuelvo enseguida» ;)
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