Como algunos sabéis por la página de Facebook, en marzo asistí a un seminario introductorio a la Educación Montessori del International Montesssori Institute. Hasta entonces sabía sobre esta pedagogía lo que había estudiado en la universidad (casi nada) y lo que había leído e interpretado por mi cuenta, que no era poco pero tampoco lo suficiente como para solucionar mis dudas, así que tenía muchísima curiosidad.
La verdad es que el curso ha sido caro pero muy provechoso. Ha resuelto muchas de mis dudas y he podido conocer la metodología Montessori más de cerca, con un amplio y a mi parecer necesario planteamiento teórico y una parte práctica a la altura.
Por otro lado, no sé si es un defecto o una virtud, pero tiendo a ser muy crítica, recelosa y escéptica sobre todo con todo aquello que tiene que ver con la infancia y la educación. “Pedagogía alternativa” no me parece necesariamente sinónimo de “lo mejor para los niños”, sobre todo cuando esas pedagogías alternativas vienen con apellido, es decir, que “se afilian” a una metodología concreta y la aplican de principio a fin. Yo creo en la creatividad del maestro, en su capacidad crítica, en que tenga la voluntad de analizar detenidamente cada pequeño detalle de las metodologías que conoce sin darlas por perfectas por tener cierto apellido, y de buscar un equilibrio propio en su práctica. Que se asuma que, aunque se está muy seguro de la propia manera de ver el proceso de enseñanza y aprendizaje, probablemente la metodología que aplica no sea perfecta, ya es de orgasmo xD Porque, admitámoslo, nos falta un poquito de autocrítica.
Por eso he llamado a esta nueva serie de entregas «Luces y sombras Montessori«: porque, a pesar de que en general es una metodología que me encanta, que creo que tiene cosas muy positivas y que ojalá se aplicara de verdad en la escuela pública porque el mundo sería mucho mejor, no me gustaría quedarme estancada en esta apreciación. Me gusta ser crítica incluso con lo que es genial, con lo que me gusta, porque no deberíamos conformarnos con lo mejor que haya, sino que en educación deberíamos buscar siempre la perfección, aunque sea de manera utópica. Con esta perspectiva, la verdad es que hay detalles con los que no estoy del todo de acuerdo de entre lo que he aprendido de esta metodología, que no me cuadran o que no encajan en mi manera personal de concebir el desarrollo del niño y la educación. Aunque son pocos, la verdad.
Así que en las próximas entradas (probablemente escalonadas) trataré de transmitir algunas de las cosas que he aprendido en el curso, y matizaré las que crea oportunas, porque si no lo hiciera no sería fiel a mis principios, ésos que he esbozado un par de párrafos más arriba. Sé que hay mucha gente que tiene muchísima estima por esta metodología, y lo comprendo, por lo que quiero dejar claro que no es mi intención generar polémica sino expresar mis propias dudas, además de que siempre lo haré desde el respeto y la admiración por la primera doctora italiana que decidió, sin embargo, dedicar su vida a la educación (y la resumo así de escueta porque de esa manera se parece más a mi propia historia :P ).
E iniciamos esta serie de entradas hablando de la concepción de la infancia que tiene la pedagogía Montessori, porque el método no se puede entender si no es pariendo de esta sólida base.
«El niño es tanto una esperanza como una promesa para la humanidad» María Montessori.
Para Montessori y sus seguidores, el desarrollo del niño no es lineal sino que sigue una serie de fases en las que los niños experimentan una serie de cambios. Montessori lo organiza en periodos de 6 en 6 años, dejando claro que si creemos que la parte más importante, interesante y donde, por tanto, vale más la pena emplear más recursos, es en la parte final, nos estaremos equivocando, puesto que tan importante es la primera como la última fase. Algo que, como imaginaréis, me encanta y con lo que estoy totalmente de acuerdo.
De hecho, la etapa de los 0 a los 6 años es una de las fases más importantes. Es una etapa en la que el niño está desarrollando todo su ser, en la que está descubriendo los sentidos y por tanto le interesa la realidad que puede percibir a través de ellos. Es muy importante el hecho de que descubre sus manos y además las usa como canal para alimentar el cerebro.
«Las manos son los instrumentos de la inteligencia del hombre» María Montessori.
Por otra parte, también se trata este momento como una época de descubrimiento, algo que los niños exteriorizan preguntando qué es cada cosa que descubren. Aquí me encanta la actitud Montessori al respecto, puesto que nos anima a enseñar la variedad, es decir, a no llamar simplemente «árboles» a todos los árboles, porque lo que realmente les interesa es cómo es cada tipo, cómo se llama… Y todo esto es, no sólo enriquecer el vocabulario, sino también enseñar la infinita diversidad del mundo. No todos son simplemente «peces», sino que hay sardinas, lubinas, salmones, merluzas… y, por supuesto, como ya comenté una vez, la carne no es «chichi», sino pollo, ternera, cerdo… ¿Por qué quedarse en lo más simple si tienen ganas de saber mucho más? ¿No parece un medio perfecto para aprender a valorar esa diversidad? No todos somos iguales, pero tooodos somos humanos…
En esta etapa hay mucho momento de introspección, en el sentido en que se concentran mucho en ellos mismos y en sus propias acciones, y probablemente sea muy positivo promocionarlo porque luego de adultos nos hace falta esta habilidad. Sin embargo, este hecho se interpreta de manera que se concluye que la socialización a esta edad es una obsesión adulta que necesitarán más adelante pero no ahora. En mi humilde opinión, las relaciones sociales se deben trabajar y cuidar desde pequeños, porque es cuando los niños están descubriendo sus posibilidades de interacción, porque más adelante se han fijado ya algunas maneras de actuar, de pensar, algunas actitudes que luego son mucho más difíciles de trabajar. Sí, probablemente un niño de 3 años no pueda ser empático (por ejemplo) por su inmadurez cognitiva, pero eso no quiere decir que no debamos trabajar en ese aspecto para que cuando pueda estar a ese nivel lleve una mochila detrás que le facilitará el desarrollo de esa empatía. De todas formas, seguramente volveremos a esto más adelante porque me gustaría tratarlo con algo más de profundidad.
Después, en la etapa de los 6 a los 12 años, los niños empiezan a preferir preguntar qué hay dentro de las cosas, cómo funcionan… y ocurre porque los sentidos ya están superados, ahora les interesa saber aquello que no ven, tienen curiosidad por eso que no les llega a través de los sentidos. Además, están muy interesados por el bien y el mal, están construyendo su moral e incluso tratan de imponerla a los demás.
Y aquí viene otra cosa con la que no coincido, porque se supone que, según Montessori, en esta época empieza a interesarles imaginar, la fantasía y las historias que la contienen. Sí que es cierto que parece muy lógico que, dadas las características que se les presuponen a los niños, no sea hasta esta época cuando a los niños les interesa el mundo de la imaginación. Pero a los niños menores de 6 años que yo he conocido les encantan las historias fantásticas, y no sólo te las piden sino que además se las inventan ellos a diario. Están como locos por ser Spiderman, volar como aves, por creer en la vida de las marionetas, les encantan las historias de princesas y lugares encantados… de hecho este año he llevado un grupo de primero de primaria y veo la diferencia: hablamos de cosas mágicas y a veces dicen «qué tontería…» en plan «a mí no me la cuelas». Así que yo no es toy segura de si este acontecimiento lo situaría en la etapa anterior, cuando, según Piaget, empiezan con la representación mental.
Sé que es algo que molesta a los amantes del método, y sé que sus argumentos son bastante buenos. Dicen que hasta los 6 años los niños no distinguen la realidad de la ficción, que antes de entender lo que no es real deben explorar el mundo real, y sobre todo que no es lo mismo la imaginación que la fantasía. Yo creo que esto entra un poco en conflicto con la máxima de «sigue al niño», que probablemente la visión que se puede tener de este tema no pueda ser exactamente igual un siglo después, y que una gran parte de personas que aplican el método lo adaptan en este sentido, a veces sin querer admitirlo :P Pero también tengo claro que puede que tengan razón cuando dicen que los niños entran en el mundo de la fantasía prematuramente como trámite social.
En lo que sí que no puedo estar más de acuerdo es en considerar de suma importancia el hecho de que dentro de cada fase hay ritmos de aprendizaje muy diferentes, y sobre todo que sea por lo que sea (por personalidad, por capacidad, por intreses propios o influencias externas, por estilos de aprendizaje…), en cualquier caso, no son juzgables. Tanto los niños que son más rápidos como los que son más lentos son así porque nacieron así, no han escogido serlo, nadie les ha dado a elegir, por lo que no tenemos derecho a forzarles, a reñirles… en definitiva, a culparles de algo que no controlan.
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Y hasta aquí todo por hoy. No me meto en edades más avanzadas porque tengo muy poca idea al respecto.
Todavía queda mucho por repasar, pero mejor nos lo tomamos con calma. Como digo, no soy ninguna experta, y trato de no de juzgar. Primero porque no creo que tenga el conocimiento suficiente para ello (seguramente necesite más información sobre algunas de las cosas que no me convencen, tengo que seguir leyendo al respecto…), y segundo porque me parece más práctico y enriquecedor matizar y modificar los puntos que no me gustan del todo, que rechazar algo que puede ser (y es) genial.
Ahora es vuestro turno. ¿Conocéis la metodología Montessori? ¿Qué os parece? ¿Os gusta por entero o cambiaríais algo?
Me encanta esta nueva serie, sobre todo porque no conozco mucho de Montessori más allá de la Universidad y, como tu dices, algunas lecturas y me parece genial tener un poco más de información, mejor aún sumada a tu opinión, ya que incluso las mejores cosas se pueden y se deben intentar mejorar siempre!
Hola, gracias por el artículo. Es muy interesante y por ahora estoy al 100% contigo. Me encanta esta metodologia, pero como tu dices, creo que se tiene que adaptar al maestro y a los niños actuales. Sobretodo, el tema de la imaginación, creo que el método tiene lagunas en este aspecto, y para mi es muy importante poder tratar-lo con los niños, ya que personalmente, creo que es uno de los aspectos más divertidos de ser niño.
A mi entender, le falta trabajar la imaginación y la expresión en la etapa de infantil. Aunque no soy experta y lo que se, lo he aprendido en libros y webs especializadas.
Ya tengo ganas de leer tu siguiente artículo!
@IchMiriam ¡Ése es el espíritu! Qué poquito nos enseñaron de esto en la universidad y cuántas cosas inservibles podría haber sustituido, ¿verdad?
@Carla Gracias a ti por tu aportación! Puede que todavía no hayamos aprendido lo suficiente al respecto, así que nos tocará seguir indagando… Menos mal que es un mundo muy muy interesante. A ver si me pongo con el siguiente, que ya tengo ganas!
Por cierto, el tuyo es también un blog muy interesante, así que seguiré tus pasos ;) Un abrazo!
Hola! me encanta esta nueva serie. He estado interesada en hacer un seminario, pero soy educadora, trabajo con niños/as de 0-2 y no se si me merecería la pena irr…( siempre merecerá por el hecho de formarte en la infancia) pero al final viendo el precio y demás…¿qué opinas? hacen hincapie en esa etapa de 0-2?
¡Hola, Ainara! Me alegro mucho de que te resulte interesante el artículo, a ver cuándo puedo seguir con la serie… A mí el seminario al que asistí me gustó mucho porque pude darle forma a lo que sabía sobre Montessori, porque eso de tener ideas sueltas sin entrelazar como que no me gustaba mucho… y también aprendí bastantes cosas que no sabía, dando respuesta a preguntas que me hacía, e incluso encontrando razones para algunas cosas con las que en principio no comulgaba. La perspectiva general me parece importantísima, pero la verdad es que la formadora que tuvimos sabía mucho más de primaria que de infantil porque es la etapa en la que ha trabajado, y eso se notaba. También habló bastante de infantil, y de hecho creo que a la mayoría de los asistentes les interesaba esa etapa, pero creo que no se hizo mucho hincapié en el 0-2. Si sólo me interesara esa etapa creo que me habría decepcionado un poco, así que yo en tu lugar trataría de leer mucho, porque hay libros muy recomendados para esas edades como «Montessori from the start» (sólo en inglés), «Enséñame a hacerlo sin tu ayuda»… O busca cursos o talleres específicos de esa edad, que hay muchos. Te recomiendo un grupo de Facebook llamado «Formarse en Montessori» donde suelen hablar de muchos de ellos: https://www.facebook.com/groups/1120965054598212/?fref=ts
Espero haberte ayudado :)
Totalmente!! Gracias!!!
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