Me encantaría ser la mejor maestra del mundo, y aunque sea un deseo imposible de conseguir, espero no dejar de perseguir nunca este objetivo, sólo así estaré lo más cerca de conseguirlo que me sea posible. Para ello, procuro tener siempre presente cuáles son las cualidades que creo que debe tener una persona para poder ser un gran maestro de Educación Infantil, y de vez en cuando hago revisión para ver qué tal ando.
A continuación os muestro mi lista de cualidades, aunque aviso de que se trata de una lista muy dinámica, puesto que la importancia que doy a cada punto puede variar bastante con el tiempo, y estoy segura de que la lista seguirá aumentando forever and ever.
Así que bienvenidos al curso «Cómo ser un super maestro en 20 sencillos pasos».
¿Preparados?
En mi opinión, un gran maestro de Educación Inantil debe:
- Sudar amor xD Porque hablamos de niños muy pequeños que lo necesitan como el comer, mucho más que cualquier conocimiento. Necesitan sentirse queridos, como cualquiera, ¿no? Así que un gran maestro de EI abraza, besa, sonríe indiscriminadamente y sobre todo siente algo indescriptible por cada uno de sus alumnos.
El amorímetro tiene que estar a tope.
- Ser empático. Los niños pequeños no pueden expresar lo que sienten tan fácilmente como nosotros, y no sólo eso sino que no tienen un buen control de sus emociones, de manera que son siempre enormes y agudas. Por tanto, para ellos es muy difícil seguir adelante cuando una de esas emociones eclosiona, y necesitan que alguien les acompañe, les comprenda y no les diga que sus problemas no son nada en comparación con los que tiene otra persona.
- Evitar los gritos (y evidentemente también las amenazas o los chantajes). En este sentido confieso que todavía tengo que mejorar. No me gusta la reacción de mis alumnos cuando levanto la voz, noto inmediatamente que no soy un buen ejemplo y me he reconocido alguna vez en la imitación de mis alumnos, quienes entiendo que repiten lo que ven, y no me ha gustado nada. Pero no os preocupéis, me estoy reformando xD Para ello, es muy importane el siguiente punto.
¡¡¡EN CLASE NO SE GRITAAAAAA!!!
- Ser un remanso de paz, calma y paciencia. Y si además se sabe transmitir a los de alrededor, mejor que mejor. Ohmmmmmmm…
Maestra a punto de perder la paciencia.
- Ser un poco payaso. O bastante. O mucho xD Aunque también es importante saber marcar los límites, que yo soy muy payasa y me encanta mostrarlo en clase, pero a veces les dejas un dedo, se cogen el brazo entero y te descubres pensando «maldita la hora en que me dio por hacer la bromita…«.
Y así acaban viéndote xD
- Amar la literatura infantil y, a ser posible, ser un gran cuentacuentos. Todos queremos formar grandes lectores, y por tanto debemos transmitir pasión por lo que les ofrecemos. Y ofrecer mucho, de gran calidad, y sobre todo variado.
A esta niña su profe le contó un cuento taaaan bien, que se lo acabó creyendo :o
- Tener muchas ganas de escuchar. Primero porque ellos tienen mucho que contarnos, y segundo porque es importante que nos lo cuenten y que mostremos interés por lo que nos cuentan.
Prácticas orejas de asamblea.
- Creer en sus alumnos. Porque es difícil que crean en ellos mismos si eso no ocurre, y porque si no, ¿quién lo va a hacer?
- Tener gran capacidad de organización y planificación. Esto sí que lo llevo mal. Me cuesta mucho planificar porque me es difícil encontrar un equilibrio entre la programación y la espontaneidad, soy muy despistada y desorganizada. Aunque esto me viene bien para el siguiente punto.
Yo, programando.
- Tolerar altas dosis de caos. Porque las aulas de Educación Infantil en ocasiones son caóticas y deben serlo, es la natureleza de los niños y no debe molestarnos tanto como lo hace habitualmente.
Maestra a punto de darse de baja
- Saber hacer muchas cosas a la vez. Porque todo el mundo sabe que tenemos que procurar que todos estén atentos a la vez que escribimos en la pizarra con una caligrafía de infarto, consolamos a un niño y vigilamos a quien acaba de pedir permiso para ir al baño.
Así pero con más mocos.
- Tener siempre ganas de seguir aprendiendo. Porque todo avanza, todo fluye, y nosotros no podemos quedarnos estancados. Cursos, tutoriales, lecturas… ¡lo que haga falta!
- Ser crítico. En todos los sentidos. Un maestro tiene que mostrar cómo es la vida a sus alumnos, y si su actitud es conformista no fomentará de ninguna manera una sana actitud crítica en sus alumnos. Además, ya os conté que para mí es importantísimo que, como maestros, tengamos la voluntad de analizar detenidamente cada pequeño detalle de las metodologías que conocemos sin darlas por perfectas por tener cierto apellido, y de buscar un equilibrio propio en nuestra práctica. Si no somos críticos también en este sentido, nos quedaremos con la primera forma de enseñar que nos separe de lo tradicional y nos deje un regustillo a alternativo, o con la metodología que esté de moda.
- Conocer la autocrítica. Si lo anterior no era fácil, esto es más difícil todavía. Una cosa es analizar los errores de los demás, y eso lo llevamos todos bastante bien, pero cuando se trata de encajar críticas y sobre todo de autoanalizar nuestra práctica, lo llevamos un poco bastante peor… (creedme que lo sé por experiencia propia xD) ¡y es absolutamente necesario! Porque de otra forma, ¿cómo vamos a mejorar?
Como la vida misma…
- Ser flexible y estar abierto a los cambios. Primero porque en Educación Infantil la rigidez es un estorbo. Si tienes preparada la clase más maravillosa del mundo, y resulta que sucede algo que es importante comentar en clase porque suscita la atención y la curiosidad de los niños, ¿por qué no aplazar esa clase tan maravillosa y centrarse en lo que en ese momento les motiva? Y segundo porque si llevas siglos haciendo las cosas de la misma manera, probablemente surjan problemáticas que necesiten un cambio en tu forma de hacer.
Maestra calentando para salir al ruedo entrar al aula
- Adaptarse a las necesidades de sus alumnos. Porque, como sabemos, no todos son iguales, no todos necesitan la misma atención ni el mismo tipo de ésta. Y, de la misma manera, cada grupo de alumnos es diferente, así que es primordial conocer sus necesidades y adaptarse a ellas, que no tengan que ser ellos los que se adapten a nosotros. Aquí algo que me llama mucho la atención es que cuando hablamos de inteligencias múltiples, la aplicación que siempre nos surge es desarrollar las diferentes inteligencias que tienen los niños, y no consiste en eso, sino en llegar a ellos mediante aquella que más desarrollada tienen.
¿Quién será el alumno y quién el maestro?
- Saber observar y ser curioso. En Educación Infantil, cuantos más ojos tengas, mejor. Los ojos en la nuca nunca están de más, porque en cuanto te giras les estás dando permiso para hacer algo peligroso, o eso creen ellos… Pero además, la evaluación ha de basarse en la observación. Es muy fácil conocer los puntos fuertes y débiles del niño que más destaca, sabremos exactamente cómo está aprendiendo. Pero ¿y los que, por naturaleza, pasan más inadvertidos? Si no somos buenos observadores no detectaremos las necesidades individuales y nos estaremos adaptando sólo a unos pocos, y además no evaluaremos bien, o lo que es peor, haremos exámenes. Sí, en Infantil… Y de manera análoga a lo que decía en el punto «ser crítico», si queremos que los niños sean curiosos, que quieran saber muchas cosas, absorber el conocimiento, que se hagan muchas preguntas y tengan muchas ganas de darles respuesta, debemos procurar ser un espejo donde se puedan mirar.
¡No tan curioso!
- Ser creativo. Y no sólo en creaciones plásticas y en cuanto a decoración de aula, también en cuanto a recursos para el aprendizaje. Por todos son conocidas las inteligencias múltiples. Pues este conocimiento no nos servirá de nada si siempre realizamos el mismo tipo de actividad para trabajar diferentes cosas. Tenemos que abrir nuestro campo de visión y proponer actividades muy diferentes entre sí para llegar a todo tipo de inteligencias ¡en cada campo que trabajemos! Eso necesita mucha creatividad, y ellos la merecen.
Por algo me encanta esta imagen (¿y cuál no?) de «El corazón y la botella«
- No conocer el asco. Ya sabes: mocos, vómitos, caca, olores desagradables… el pan nuestro de cada día. Y procura que ellos no lo noten, porque si no ya no hablarán de otra cosa en todo el día…
No, no pienso poner ninguna foto en este punto xD
- Cuidar la comunicación con las familias. Y tener la voluntad verdadera de colaborar con ellas. Deberíamos dejar de echarles la culpa de la falta de autonomía que tienen sus hijos, entre otras cosas que se suelen hacer (y que a veces son ciertas, pero no conducen a ninguna solución), y darnos cuenta de que no deberían ser el enemigo sino un verdadero aliado. Para mí, un gran maestro explica a las familias lo que hace y sobre todo por qué, haciéndolas partícipes de su proyecto y atendiendo a las dudas pero también a las propuestas y las objeciones de quien más conoce a sus alumnos.
- Tener verdadera pasión por su trabajo y muchas ganas de trabajar. Porque si no, uno tirará siempre a lo «fácil» (si es que existe algo así en esta profesión), no asumirá retos ni arriesgará, no gastará tiempo programando y buscando el enfoque perfecto para cada proyecto y hará siempre lo mismo… si un maestro llega al aula con el único objetivo de cumplir su horario laboral, en definitiva, será un maestro desmotivado que difícilmente podrá contagiar a sus alumnos las ganas de aprender y de trabajar.
Algunas de estas cualidades son muy difíciles de entrenar, ¿verdad? Yo todavía tengo muchos puntos flacos, pero seguiré mejorando…
¿Y tú? ¿Cómo andas de cualidades? ¿Cuál te cuesta más? ¿Con cuál no estás de acuerdo? Seguro que hay muchas cosas que se me escapan, mañana mismo lo volveré a leer y lo reescribiría de otra manera. ¿Tú qué añadirías?
Soy maestra de educación infantil y… esto parece que lo hubiera escrito yo: «Tener gran capacidad de organización y planificación. Esto sí que lo llevo mal. Me cuesta mucho planificar porque me es difícil encontrar un equilibrio entre la programación y la espontaneidad, soy muy despistada y desorganizada.» Eso es lo que más trabajo me cuesta de toda la lista, jeje! ;-)
@Carolina Pues lo tenemos difícil porque tenemos que enseñarles a planificarse y a ser organizados siendo nosotras todo lo contrario! jajaja Se intentará igualmente, ¿verdad? Gracias por tu comentario y un abrazo :)
“maldita la hora en que me dio por hacer la bromita…“. Me ha encantado esto, me pasa siempreeee jajajajaj XD
Es difícil encontrar el equilibrio, ¿verdad? Jajajaja Pero por lo general vale la pena, los ves reír y se te pasa todo :)
Acabo de leer el post y me ha encantado, soy futura educadora!!
Estoy de practicas en una guardería pero me corta la timidez y eso hace que me cueste un poco adaptarme, me gustaría cortar cuentos, cantar libremente y dejarme llevar por mi gusto a estar con los niños pero como dominar mi timidez.
Hola, Ana, lo primero que tienes que saber es que es muy lógico y habitual lo que te pasa, la mayoría hemos pasado por ahí, tus tutoras/compis incluidos, así que lo van a entender, por eso quédate tranquila. Otra cosa que tienes que saber es que los peques suelen ser muy agradecidos, y cualquier cosa que hagas así un poco fuera de lo habitual les va a encantar, así que eso ya significa una presión menos. Si quieres, puedes empezar por rutinas que ellos ya tienen interiorizadas, porque eso te dará seguridad. Poquito a poco verás que no sólo lo haces ganial sino que además lo disfrutas. A veces es cuestión de lanzarse a la piscina para comprobar que no te ahogas, y a partir de ahí va todo rodado, sólo tienes que fijarte en tus errores (que los cometemos todos, y más al principio) y tratar de ponerles remedio. Ojalá te vaya muy bien y lo disfrutes. Un beso!
Guau guau!!! No sabes como me identifico yo también!!!!
Gracias por este post, a mí aún lo que «peor» llevo es el de gritar ya que la clase en la que estoy son 24 alumnos y son muy ruidosos,más cuando llueve y se quedan en el aula sin que puedan explayar libremente…entiendo su postura pero 24 intentando escucharse los unos a los otros,cuesta. Así que, deseo que cesen las lluvias!
Hay que intentarlo, debora, con todas nuestras fuerzas :)
Me parece una muy acertada exposición del rol del maestro de infantil.
Todos sabemos lo que es deseable pero necesitamos leerlo de vez en cuando para volver a ser conscientes de aquello que debemos mejorar.
Mi enhorabuena.
Muchas gracias, Ana!! Como la entrada ya tiene un tiempo puede que hoy no la escribiría exactamente igual, pero bueno, intenté ponerle humor y reflejar que no es tan fácil como parece jejeje Un abrazo!