Estos días he visto publicado en varios sitios este vídeo de Michael Moore sobre la educación en Finlandia.
Al contrario de lo que muchas personas creen, no se trata de un documental que ha hecho este director específicamente sobre este tema, sino que forma parte de uno mucho más amplio llamado «Where to invade next?«, que trata sobre las políticas de países europeos que este señor cree que los EEUU podrían adoptar como propias, utilizando la para mí graciosa y brillante alegoría de plantar la bandera de las barras y las estrellas como medio para legitimizar de algún modo a ojos de los estadounidenses que se copien o se tomen prestadas ciertas ideas que en dichos países tienen éxito y podrían vernirles bien en su propio país.
Un documental genial, aunque no para tomárselo al pie de la letra :P
Así que no se habla sólo de la educación en Finlandia, que es la parte que se toma en el vídeo, sino de otras muchas cosas, como el sistema penitenciario en Noruega, los derechos laborales italianos, o la despenalización del consumo de drogas en Portugal, entre otros.
¿Se habla sólo de educación cuando llegan a Finlandia? No. También se habla de los meús escolares y la educación sexual de Francia, la educación sobre el pasado fascista de Alemania, o la gratuidad de la educación universitaria en Eslovenia.
¿Y por qué no se habla de eso en redes sociales? Porque Finlandia es lo que vende. ¿Y por qué es Finlandia lo que vende? Por el mediático informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, cuyas siglas en inglés conocemos todos como PISA.
Desde los resultados de dicho informe en 2003-2006, Finalnadia se convirtió en la referencia educativa para todos aquellos que aspiran a la mejora de la calidad y a la innovación educativa. Luego Finlandia ha dejado de ser tan «top», pero eso ya no ha interesado reflejarlo demasiado en los medios… entre otras cosas porque tras Finlandia triunfó Corea del Sur, y resulta que es el país desarrollado con más suicidios, y parece ser que el sistema educativo puede tener algo que ver…
Así que PISA es la causa por la que precisamente la parte en la que se habla de Finlandia haya sido la que ha trascendido tanto de un documental mucho más complejo, así como que la lluvia de artículos sobre las características de su sistema educativo sea constante y además cale bastante entre el sector educativo español, o al menos en el que quiere cambios.
¿Pero conocemos PISA?
Sólo si conocéis «Stranger Things», la serie del verano, entenderéis las connotaciones de ese cartel, pero a mí me gusta xD
PISA es un proyecto cuyo objetivo es evaluar la formación académica de los alumnos de distintos países cuando están llegando al final de la enseñanza obligatoria, sobre los 15 años, puesto que se trata de la población que está apunto de iniciarse en la vida laboral o comenzar la educación postobligatoria. Esto se hace a partir de unos exámenes que se realizan cada tres años con el fin de elaborar un informe detallado que permita a los países que participan adoptar las decisiones políticas necesarias para mejorar sus propios niveles educativos. Este informe es llevado a cabo por la OCDE.
Un momento, eso de la OCDE me suena… Organización para la Cooperación (hasta aquí muy bien, cooperar es bonito…) y el Desarrollo ECONÓMICOS. Zas. No sé para vosotros, pero para mí esto ya es un jarro de agua fría.
Bueno, no dramaticemos, que yo he escuchado por ahí que sus objetivos tienen mucho que ver con lo social. Veamos, según la Wikipedia, los prinicpales objetivos de la OCDE son:
- Contribuir a una sana expansión económica en los países miembros, así como no miembros, en vías de desarrollo económico.
- Favorecer la expansión del comercio mundial sobre una base multilateral y no discriminatoria conforme a las obligaciones internacionales.
- Realizar la mayor expansión posible de la economía y el empleo y un progreso en el nivel de vida dentro de los países miembros, manteniendo la estabilidad financiera y contribuyendo así al desarrollo de la economía mundial.
Oh, sí, todo muy social… y yo me tengo que creer que quien persigue principalmente estos objetivos, prioriza la mejora de la calidad educativa en sus estados miembros, algo que sólo tiene sentido si la educación se considera únicamente como vía para el acceso al mercado laboral. ¿Eso es lo que queremos alimentar?
Podrían decirme que soy una paranoica de la vida, pero resulta que 83 expertos internacionales firman una carta abierta en rechazo de la celebración de estas pruebas por parte de la OCDE, entre otras cosas porque, como explica el primer firmante, Heinz-Dieter Meyer, de la Universidad de Nueva York, “la OCDE —como organización dedicada al desarrollo económico— tiene un sesgo en favor al papel económico de la educación, olvidando que, en democracia, hay muchos otros aspectos importantes de la educación pública: la salud, el desarrollo moral, artístico y creativo; la participación cívica y la felicidad”. Y yo me pregunto, ¿dónde queda todo esto si se evalúan única y además matemáticamente las áreas de lectura, matemáticas y ciencias?
Tampoco se corta Elaine Wilson, de la Facultad de Educación de la Universidad de Cambridge, al decir que «los políticos, que no son capaces de entender la complejidad de los datos, extrapolan con fallos parte para justificar la dirección de sus políticas«.
Y la misma idea defiende también Carmen Rodríguez, del departamento de Didáctica de la Universidad de Málaga: “La política de competencias de la OCDE es de 1995 y se basa en la lógica de la economía, el mercado y la competitividad de Europa. Se invierte en capital humano para reducirlo a rendimiento en el trabajo y a la competencia entre estudiantes, centros y países”.
Y lo peor es que «a los expertos de la misiva aún les gusta menos que la OCDE deje las pruebas en manos de “compañías multinacionales« (como Pearson) «con ánimo de lucro que quieren ganar dinero”.
Así que no debemos olvidar ni por un segundo que, como dice Jordi Martí de XarxaTIC, «La OCDE es una organización empresarial y PISA su caballo de Troya«. Copiadlo 100 veces en el cuaderno si es necesario para que quede grabado a fuego en nuestras cabezas :P
Pero bueno, seguro que en España tenemos un gobierno medianamente sensato, y sabiendo que lo que importa para la OCDE es la economía y no lo puramente social/educativo, no «comprará» este tipo de informes y desarrollará sus competencias con total independencia de los resultados que se obtengan en PISA, ¿verdad?
Pues según sigo leyendo, «fuentes del Ministerio de Educación reconocen que se tiene en cuenta el indicador de PISA porque hay detrás un órgano solvente como la OCDE. Pero aseguran que se analizan otros factores, como las características educativas del país y las condiciones sociales. (…) Otros Gobiernos, como el noruego, también [y este «también» tiene tela…] niegan la dependencia de PISA, que en su opinión tiene más eco en los medios que consecuencias en la vida de los centros.» Fíjate si al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte le interesa el tema que tiene un apartado en su web dedicado a estas evaluaciones. Me quedo mucho más tranquila…
Por cierto, ¿sabías que los resultados del informe PISA tienen un error matemático de base gracias al cual las comparaciones entre países no tienen sentido? Veamos…
Aunque existen unos parámetros comunes, la OCDE diseña pruebas distintas para cada país en función de sus especificidades culturales y mediante un modelo estadístico procesa estos resultados para obtener una representación de lo que los alumnos han contestado.
Los técnicos de la OCDE utilizan un sistema basado en el modelo de Rasch, llamado así por su creador, el matemático danés George Rasch. El modelo (muy complejo) sirve, en resumidas cuentas, para estandarizar las respuestas a un cuestionario dado: los autores de PISA buscan así elaborar una versión plausible de las puntuaciones que los estudiantes de cada país habrían sacado si hubieran respondido a las mismas preguntas.
Hay quien piensa que el modelo de Rasch no funciona para PISA ni para ninguna otra cosa, pues parte de un error matemático de base. Pero esto no es lo más preocupante: según uno de los discípulos del propio Rasch, el profesor Svend Kreiner, de la Universidad de Copenhague, el modelo se está empleando de forma incorrecta.
Según explicó Kreiner en la revista británica Times Education Supplement, para que el modelo de Rasch funcionara correctamente, las preguntas de PISA deberían funcionar de la misma manera en todos los países participantes: deberían ser, en definitiva, igual de difíciles. Y no es así.
“Esto significa que las comparaciones entre países no tienen sentido”, asegura Kreiner. “De hecho, no he sido capaz de encontrar dos ítems en los test de PISA que funcionen exactamente de la misma manera en países diferentes. No hay un sólo ítem que sea igual en los 56 países participantes. Por lo tanto, no se puede utilizar este modelo”.
Así que estamos poniendo nuestro rumbo en cuanto a los cambios educativos se refiere en base a unas comparaciones que son en gran parte especulación. Asusta, ¿no?
Y me gustaría finalizar con PISA con unas palabras de Tomas Recio, catedrático de la Universidad de Cantabria y miembro de la Comisión Klein del Comité Internacional de Instrucción Matemática, que atacan lo que para mí es el mayor problema de las evaluaciones estandarizadas en general y de las que realiza PISA en particular:
Una última reflexión. El que la sociedad conceda a las evaluaciones, por su impacto mediático, una importancia desmedida puede significar, a la larga, un cambio sutil, pero importante, en los objetivos de la escuela. Como ha señalado ya hace una decena de años M. W. Apple al analizar el creciente papel de la economía de mercado en el sistema educativo, uno de los peligros que acechan cada tres años, con la llegada de los informes PISA, es poner el acento en la evaluación antes que en la educación. En medir el rendimiento del estudiante más que en atender las necesidades del mismo. En lo que el estudiante pueda hacer para prestigiar la escuela, más que en lo que la escuela pueda hacer para mejorar al estudiante.
Y no es eso.
Así que, resumiendo, PISA:
- Está a las órdenes de una organización con fines económicos.
- Esta organización deja la realización de las pruebas en las manos de compañías multinacionales con intereses económicos.
- Sólo evalúa lectura, matemáticas y ciencias, olvidando otras muchas partes importantes de la educación, y lo que es peor, nos ayuda a normalizar el hecho de que estas tres cosas sean lo más (e incluso lo único) importante en la escuela.
- Sirve como justificación política de reformas «poco educativas», por llamarlas de alguna manera, véase la LOMCE.
- Tiene un error matemático de base gracias al cual las comparaciones entre países no tienen sentido y por tanto son prácticamente especulativas.
- Es resultado del empeño en medir, y al final el objetivo de la educación se convierte en mejorar los resultados anteriores en lugar de aprender lo que se necesite y como se necesite.
Viendo todo esto, comprenderéis que PISA no me parezca la mejor herramienta para comparar el rendimiento académico de los chavales entre los diferentes países… y no digo que no pueda ser una buena herramienta en otros sentidos, probablemente en lo descriptivo, aunque desde luego no en lo comparativo y mucho menos en cuanto a la señalización del camino a seguir. Y nótese que no se trata de miedo a las evaluaciones, sino a que éstas estén mal hechas y sobre todo interpretadas desde un punto de vista sesgado. Si en lugar de una organización económica, el informe estuviera hecho por una organización sin ánimo de lucro, además de que no se hicieran rankings absurdos e innecesarios, otro gallo cantaría.
Y ahora me pregunto… entonces, si se habla de Finlandia como el gran ejemplo a seguir porque ha sido el crack de estas evaluaciones en varias ocasiones, y PISA no nos parece una buena vara de medir, ¿deberíamos ignorar la información que nos llega sobre la educación allí? ¿Deberíamos dejar de ver documentales como el que puse al inicio y de aspirar a parecernos a ellos?
Personalmente, y siendo muy sincera, la verdad es que no me creo toda la información que me llega de Finlandia a nivel educativo. En el mismo vídeo que ha empezado esta reflexión me cuesta creer que todos los profes fineses sean siquiera parecidos a todos los que salen en el vídeo. Cuando la ministra de educación se compadece de los americanos porque prácticamente han eliminado la poesía del currículo… me gustaría saber cuántas horas al año se dedican en una clase promedio a la poesía. O cuando el profe de matemáticas dice que lo más importante y el objetivo principal de la escuela tiene que ser la felicidad de los alumnos, yo pienso que no me han mostrado ni una imagen de qué hace ese profesor para alcanzar concretamente ese ambicioso objetivo. Es muy fácil hablar, ¿verdad? Seguro que si le preguntas prácticamente a cualquer maestro o maestra español estará muy de acuerdo con todo lo que se dice en el vídeo por parte de los maestros fineses, y sin embargo en la práctica todavía nos pesa mucho el lastre de la escuela tradicional.
Así que para mí PISA no les da una autoridad especial en cuanto a educación, y el discurso de quien es proclamado como ser supremo a seguir, pues sinceramente tampoco, porque es sólo eso, discurso.
Lo que realmente necesitamos es aprender a ser críticos con lo que nos quieren vender y ser capaces de ir más allá de los titulares y los carteles de luces y neones, analizando cada propuesta por separado, sin comprar los packs que prometen salvar al mundo. Aunque se trate de una tarea más difícil, cansada, y tediosa. Porque, volviendo al vídeo, en él y en muchas otras publicaciones procedentes de Finlandia, se habla:
- de lo obsoleto de los deberes (dándole importancia a estar con la familia y amigos, al aprendizaje mediante la experiencia…);
- de una jornada escolar reducida;
- de la categórica negativa a los exámenes estandarizados (que aquí ya se han extendido a ESO y bachillerato con las reválidas);
- de la importancia de las artes y los trabajos manuales y prácticos;
- del hecho de que todas las escuelas sean públicas y no se busque la diferenciación;
- de la arquitectura pensada por y para los niños;
- de la importancia a la autonomía, a que los alumnos piensen por ellos mismos, así como al juego…
Yo quero hechos y elementos concretos y objetivos como éstos, y a ellos me gustaría que aspiráramos. Ojalá elementos y hechos como éstos y como otros que no encontramos en Finlandia fueran la luz que nos guíe en nuestra mejora contínua, que indudablemente ya ha comenzado en muchos coles. Si ellos, los finlandeses, lo hacen o lo piensan realmente o no, si esas ideas vienen del país «top» o de un país en la mitad o incluso al final de la tabla del ranking que organiza PISA, es lo de menos.
Sinceramente, no he leído todo este post. Lo único que destaco es que en Finlandia tienen una mentalidad diferente a la nuestra, por eso, habrá maestros cuya principal labor sea que su alumnos sean felices y seguramente el sistema de una manera o de otra se lo esté permitiendo. Lo del lastre de la escuela tradicional ocurre en España tanto dentro como, también, fuera de la escuela En casa, la maternidad se basa en dichos, criticas y en creencias que no dejan a los padres, con una «nueva mentalidad» avanzar en la manera que creen mejor para educar a personas felices. Ahora somos pocos, pero hay que seguir concienciados y tratar de hacerlo lo mejor posible. El cambio de la sociedad empieza en nuestras casas y con personas felices, me refiero a la gente que tiene libertad para cambiar las cosas. Los políticos ya han demostrado cuales son sus intereses. Tenemos que darle más importancia a los nuestros y no dejarnos llevar.
Pues sí, Sonia, si desde el gobierno no nos quieren ayudar, lo que tenemos que hacer es trabajar todos juntos y en la misma dirección, pero sin dejarnos llevar por espejismos. Familia y escuela unidas sin que se nos olvide que los objetivos son comunes!!! Eso sí, ojalá no volviéramos a pensar que otros han podido conseguir ciertas cosas porque su mentalidad es distinta, porque eso sí que me parece un lastre. ¿Lo queremos? ¿Lo necesitamos? Pues a por ello. Un abrazo, guapa!
Me ha encantado el artículo: documentado, crítico y con los pies en el suelo, no puedo estar más de acuerdo con lo que expones. A por ello!
Muchas gracias, @joanapardo! Nos sobran argumentos, verdad? Un abrazo!
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