Hoy traigo una actividad sencillísima pero que considero que tiene chicha suficiente. Lo he titulado «Atrapa el clip», a ver que os parece.
Sólo necesitamos:
- Un bote, preferiblemente transparente. El mío es de vídrio, reciclado de algún bote de mermelada.
- Clips de colores.
- Imanes. Yo los compré en un bazar asiático y me gusta que sean varios con forma de botón para poder regular fácilmente la intensidad de la fuerza magnética que ejercen.
Lo primero que creo que hay que hacer es experimentar con los imanes. ¿Qué pasa si los acercamos a distintos objetos? ¿Por qué a unos se quedan pegados y a otros no? Podemos tratar de hacer predicciones al respecto. ¿Qué pasa si los juntamos? ¿Se atraen? ¿Se repelen? ¿Ganan fuerza?
Después de decorar como creamos oportuno el bote (la verdad verdadera es que después de hacerlo pensé que habría sido mejor dejar las paredes lisas para ver claramente lo que hay dentro), sólo tenemos que poner un puñado de clips de colores dentro y ¡a jugar!
La premisa será sencilla: «Saca todos los clips rojos que puedas sin tocarlos», «¿Cuántos clips verdes puedes coger en un minuto?«, o algo por el estilo, al gusto de cada uno o en función de las circunstancias. Podemos organizar concursos, penalizar o no los clips de otros colores que saquen… infinidad de posibilidades.
¿Que por qué me gusta esta actividad tan sencilla? En realidad no es tan fácil como puede parecer, pues necesitamos tomar el control de nuestra psicomotricidad fina para hacer movimientos precisos, evitando la brusquedad. También se pone en juego la utilización de estrategias para desplazar sin sacar los clips que están encima de nuestros objetivos, y entre ellos se encuentra la posibilidad de utilizar un número variable de imanes para dotar de mayor o menor intensidad a la fuerza magnética. Y además, la verdad es que es un reto para la paciencia y a la vez entretenidísimo.
¿Se puede sacar más partido a un sumple bote lleno de clips? ;)