Esta mañana, leyendo el periódico, me ha llamado la atención la sección de podcast de Barbijaputa, pues se titulaba «Ideas de profesoras para educar en el feminismo«.
Y me alegro mucho de haberlo escuchado, porque en uno de los mensajes de voz que dejan los oyentes, una profe ha dado una idea sencilla pero que nunca se me había ocurrido: comprar unas gafas de un bazar (personalmente, las compraría moradas y cuanto más graciosas, mejor, para que todos y todas quieran ponérselas), dejarlas en un lugar del aula que sea accesible para cualquiera, e indicar que cada vez que alguien detecte un comportamiento sexista (un comentario, una acción…), debe ponérselas y explicar al resto de la clase por qué lo considera así. No importa qué estemos haciendo, ni quién o qué sea objeto de denuncia, hay que parar y reflexionar, porque si realmente hay sexismo en esa acción, no queremos que vuelva a ocurrir, y para ello hay que visibilizarla.
Me ha gustado mucho la idea y no he dudado en compartirla, principalmente porque no se trata de una actividad puntual que hacemos en una fecha señalada y luego si te he visto no me acuerdo, sino más bien de una actividad transversal, no sólo entre las diversas asignaturas sino también en el tiempo, que son las que realmente interesan para cambiar algo tan omnipresente como el sexismo. Esto nos va a llevar poco a poco a mejorar nuestra habilidad para detectar este tipo de situaciones, y por tanto seguramente a ir extinguiéndolas, pues lo primero es siempre darse cuenta de cuánto tenemos que cambiar.
Lo cierto es que esta actividad queda coja si lo único que ocurre es que un niño o niña advierte de un comportamiento sexista y nada más. Ojalá no te dé miedo parar la clase y organizar un pequeño debate, prestar atención al hecho ocurrido y darle importancia, al fin y al cabo. Es posible que haya un momento en que se den gran cantidad de interrupciones, pero seguro que es algo que se supera en poco tiempo, porque poco a poco iremos aprendiendo todos a pensárnoslo dos veces antes de perpretrar este tipo de acciones. Es una manera de sistematizar el feminismo en el aula y creo que merece la pena intentarlo.
Estoy segura de que incluso tú como docente (que espero participes activamente en la medida) te darás cuenta de cuántos detalles (en este caso con mucha importancia) se te escapan a ti mismo a diario o te pasan inadvertidos entre tu alumnado.
Es una actividad muy barata y nos puede enseñar muchísimo. Diría que podría marcar un antes y un después en la conciencia feminista de toda la clase, nosotros y nosotras incluidos.
¿Te animas a llevar las gafas moradas a clase?
Es algo muy chulo, por lo que dices: No es algo puntual, es continuo y duradero, además lleva al diálogo, a debatir y opinar. Si consigues un espacio libre de prejuicios donde puedan opinar con libertad, surge un debate muy rico sobre el respeto, la igualdad y los derechos de ser como cada uno quiera, siempre que no se perjudique a nadie. Hay que hablar de los comentarios discriminatorios, no solo de los machistas. Eso es lo único que yo añadiría, no se trata de poner a la mujer por encima de todos, a veces ocurre que olvidamos que la igualdad pasa por respetar las decisiones individuales de las mujeres, si quiero amamantar a mi hijo, si prefiero quedarme en casa por ellos, o si me apetece estar en un lugar contigo y tus amigos y divertirnos juntitos…o si no. Hoy parece que decir NO es ser estrecha y decidir ser madre a la antigua usanza es ir contra las mujeres…la libertad pasa por poder decidir sin ser criticadas. Eso es lo que deben ser las gafas a mi entender, un modo de educar en el respeto y la igualdad. No solo en el feminismo.
El hecho de tener unas gafas específicas para el feminismo parte del hecho de que las mujeres tenemos de base una condición de inferioridad y hay que cuidar especialmente la igualdad en ese sentido, que por supuesto incluye el respeto por cualquier decisión de una mujer. Eso no quiere decir, para nada, que no se trabaje de otras maneras y además de manera profunda en el respeto y la igualdad en el resto de sentidos. Faltaría más 😊