Libros Chulos: «Animal Rescue»

Por si ya no os acordáis (o nunca llegasteis a saberlo), me encanta la literatura infantil, y poco a poco, aunque bastante despacito, estoy intentando montar una PequeBiblio, peque porque todavía es pequeña y porque es para peques.

Últimamente ha sido ampliada con algunos ejemplares, entre ellos uno que he usado con todos los grupos que he tenido este curso pasado con mucho éxito, y que desafortunadamente no es muy conocido. Hoy os hablo de él: «Animal Rescue» de Patrick George.

Animal Rescue no es un libro cualquiera. No tiene palabras, algo que no nos viene mal porque no está editado en español. Ni siquiera tiene una historia, o puede que la tengas que inventar tú…

Es una colección de ilustraciones muy coloristas pero casi diría que minimalistas a la vez, en las que al cambiar de posición un papel transparente tipo acetato en el gesto de pasar la página, cambiamos también el destino de ciertos animales a los que el ser humano no ha tratado nada bien. Es decir, que conforme pasemos las páginas iremos viendo cómo algunos animales pasan de estar cautivos, maltratados o incluso muertos por lo valioso de su piel para el hombre, a ser completamente libres. Veamos unos ejemplos en forma de vídeo:

A mí el mensaje me parece muy muy valioso, y parece que también muy necesario a juzgar por las cosas que salen últimamente en la tele, como el programa Vaya Fauna de Telecinco… Si no sabéis de qué hablo, podéis echarle un ojo a este vídeo de Frank Cuesta (el de Frank de la Jungla). Este peñazo de hombre a veces tiene más razón que un santo.

Bueno, a lo que íbamos, he utilizado el libro con niños de 3 años a 1º de primaria, y, como digo, ha tenido mucho éxito en todos los casos.

El pensamiento estático de los más pequeños hace que para ellos las transformaciones sean totalmente imposibles, así que alucinan cada vez que paso el acetato, porque para ellos es cuestión de magia. ¿Cómo puede ser que hace un momento el oso estuviera en una parte del libro y ahora esté en la contraria? Y encima en un lugar totalmente diferente, ¡qué locura!

Curiosidad: los más peques tampoco entenderán muy bien que el hombre y la niña no están dentro de la jaula sino fuera. Más bien creerán que el oso ha abandonado a ambos dentro de su jaula xD Es un buen momento para hablar de las distintas perspectivas y trabajar las nociones espaciales…

Y no creáis que los de primero lo entienden demasiado bien… con éstos, al principio hay también asombro, como si fuera algo mágico, se les ponen los ojos como platos pero en seguida dicen «pero eso no puede ser magia…», e intentan averiguar qué ocurre. Me encanta la curiosidad que despierta el sistema de los acetatos, ¡con lo sencillo que es! Y he de reconocer que también me encanta dejarles con la duda hasta el final. Cuando hemos acabado de ver el libro, eso sí, dejo que lo toquen y exploren para que comprueben sus hipótesis (aunque siempre avisando de que lo hagan con muchísimo cuidado, claro). Antes de eso, se les nota inquietos, y es muy gracioso ver que algunos comentan cosas como «Ah, yo ya sé cómo es…», cuando se nota que se están haciendo los interesantes.

   

También es verdad que hay que tener un poquito de cuidado con las sensiblidades de los niños y niñas. A veces hay que medir las palabras, sobre todo con los más creciditos que son más conscientes del tema, tanto en cuanto a enseñar la realidad que sufren algunos animales, como en cuanto a cómo ayudarles, ¡que como te descuides quieren dejar de comer pescado! Es por ello que aprecio mucho que el libro sea sin palabras, porque tú, en función de tu público y también, por supuesto, de tus convicciones, puedes elegir las que casan mejor con tu situación.

Así que yo lo utilizo de la siguiente manera. Antes de abrir el libro ya les digo que vamos a hacernos rescatadores de animales, y al ver el animal en la posición de cautivero (o lo que sea), les pregunto primero qué ven y si les gusta, y en función de su respuesta, trato de sensibilizarles sobre esa situación que a mi juicio es injusta, o directamente les digo que no se preocupen, que le vamos a rescatar gritando «FREE [ANIMAL]!!!!!» (por si no os lo había dicho, son todos grupos de inglés xD).

Y aprovecho ese momento para pasar el acetato al otro lado y decirles que qué bien, que entre todos hemos podido rescatar al animal. A veces incluso aplaudo (soy «un poco» teatreta) y se quedan un poco en shock, pero en seguida me siguen y aplauden como si no hubiera mañana xD A veces quieren que volvamos atrás, a lo que suelo responder que no puede ser, que ya le hemos rescatado, ¡pobrecito! xD

Podréis imaginar que hay que estar bastante atentos no sólo a lo que dicen, sino también a sus caras, a su lenguaje no verbal, porque algunas veces se hacen los valientes, pero en realidad son muy sensibles y lo pasan realmente mal. A alguno se le saltan las lágrimas o directamente dice que no lo quiere ver así, que le avises cuando ya esté libre. Puede parecer negativo, pero a mí me parece muy bonito que sientan ese nivel de empatía, sobre todo porque eso lleva mucho trabajo detrás para deshacerse del egocentrismo.

También te encuentras con respuestas resistentes, entre los mayorcitos, que te dicen que a ellos les gusta así, que no pases la página. Pero, a parte de no ser algo constante, la verdad es que en general es fácil que los demás le hagan ver el error en el que se encuentra. Si no, paso al siguiente dibujo y ya sí que hay quejas porque quieren rescatar al anterior xD

Un detalle curioso es que en esta página ellos esperan «rescatar» a todas las gallinas…

…y sin embargo sólo pasan algunas de ellas a la otra página, porque claro, en el campo no van a estar todas unas encima de otras. Pues les suele decepcionar bastante. Y lejos de ser un punto en contra del libro, ¡a mí me encanta! Primero porque en este punto siempre me da la sensación de que quiere decir que está funcionando muy bien esa sensibilización, pero también porque se rompe la monotonía y sobre todo porque me parece una buena manera de entrenar la tolerancia a la frustración.

Pero el último caso también es diferente, y de hecho no puede haber una liberación como en todos los demás casos, porque resulta que es un perrito que se encuentra en un cubo de la basura en medio de la noche, ¡y además está lloviendo! Les pregunto que si les gusta, suelen contestar que no, les digo que por qué, si el perrito es totalmente libre… y acabamos queriendo que la chica lo adopte, porque los demás animales eran salvajes, pero éste es domestico y necesita un dueño. Es la única parte del libro que no me entusiasma, aunque es totalmente cierto xD

Y es que me encantan hasta las páginas de guarda. Les prestamos mucha atención. Al llegar al final se ponen muy contentos porque el tigre ha logrado salir de su jaula en el zoo, sin plantearse siquiera lo peligroso que podría ser eso. Yo me rio mucho y creo que ellos nunca entienden por qué :P

Otro gran detalle es que, muy coherentemente, 50 peniques de lo que te cueste el libro se destinan a la Born Free Foundation, fundación sin ánimo de lucro por los derechos de los animales salvajes a permanecer salvajes.

Es un libro que gusta a todos, a mayores y a pequeños, todo aquel que pasa sus páginas se queda prendado de su belleza y su funcionalidad. Los niños lo piden una y otra vez y estoy segura de que les cala hondo.

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