Caperucita Roja es el cuento clásico entre los clásicos, de manera que seguramente sea uno de los cuentos con mayor número de versiones en toda la literatura infantil, y Seño Punk es una enamorada de las versiones más dispares. Me gusta el cuento que solemos contar sobre esta niña, pero me gustan todavía más las versiones que ponen en duda que ocurriera realmente así, sobre todo si en ello los papeles del malo malísimo y de la inocente e indefensa del cuento, sufren una transformación.
Así que hoy os traigo los 3 libros que tengo que están basados en Caperucita Roja pero cuentan una historia distinta a la habitual, especialmente en cuanto al lobo, que pese a que solemos pensar en él como un villano, nos enseñarán que no todo es blanco o negro, ni lo bueno tan bueno, ni lo malo tan terrible.
El enorme y malvado feroz
El primero es una novedad editorial de Bruño escrito por Ingrid Chabbert e ilustrado por Guridi.
El título no ayuda a desmitificar la figura del lobo, pero luego nos cuentan que todo el mundo le tiene mucho miedo a Feroz, pero que en realidad no es tan terrorífico como parece. Lo que pasa es que no le gusta la gente, así que le viene muy bien el pánico que los humanos le profesan.
Sus razones son muy comprensibles: «No le gustan sus gritos, sus llantos, sus armas…«. No sé vosotros, pero yo ya empiezo a comprenderle y empatizar con él… sobre todo cuando dice que «Él prefiere perseguir mariposas, nadar en el río y echarse la siesta al sol tan tranquilo«.
¿Existe un lobo más mono que éste?
Pero un día lo despierta de su siesta una niña que va vestida de rojo y no le teme ni un poquito. En ningún momento se dice cómo se llama la niña, pero ya lo podemos imaginar…
Es una Caperucita irreverente, y con un objetivo muy claro: hacerse amiga de Feroz a toda costa, aunque él le muestre un desacuerdo continuo. Y lo mejor es que la semillita que planta para que crezca la amistad es un libro.
Un libro que Feroz devora con pasión y que le hará preguntarse si volverá a ver a quien ya considera su amiga. Por supuesto, la niña es perseverante y vuelve para comparobar si la semilla está germinando, y aunque Feroz se muestra distante (ya saben, por aquello de guardar las apariencias), ella no duda en mostrarle todo su cariño.
Lobos que son fieros por fuera y tiernos por dentro, niñas valientes y perseverantes, libros que forman amistades, apariencias que no casan con realidades… ¡Qué versión! Y además rimado, con la letra justa y necesaria y unas ilustraciones sencillas pero preciosas. Me gusta especialmente la propia Caperucita, que no está precisamente delgadita pero cuyas piernas son casi palillos! xD
Una caperucita roja
Una de mis caperucitas favoritas del mundo mundial (y mira que hay unas cuantas…) es ésta versión de Océano Travesía escrita e ilustrada por Marjolaine Leray.
Y es que es original por todos los costados. Empieza ya rompiendo esquemas sin páginas de guarda, y con unas ilustraciones tan sencillas que casi podrían ser calificadas de bocetos, sin límites claros y con los trazos del lapiz de color (sólo rojo y negro, por cierto) a la vista.
La historia es bien simple, pero muy poco tradicional: si más preámblos el lobo atrapa a Caperucita, quien al inicio parece resignada, pero que al verse atacada realiza un contraataque de lo más extraño: distrae al lobo con preguntas y afirmaciones que al principio parecerán de lo más inocente, pero no lo serán en absoluto.
De hecho es la Caperucita más macarra y menos inocente que he leído jamás. Dice que no le va a comer porque… ¡tiene mal aliento!
No me digáis que la cara del lobo, como probablemente la del lector, no es un auténtico poema en este punto…
Pero Caperu es tan maja que le regala un caramelo para combatir el problema. El lobo no sabe ni qué decir, pero lo toma… ¡Y muere envenenado!
Ya veis, un lobo muy…
Sólo le vemos la cara al lobo, que es quien debe llevar el peso de la expresividad en la historia, y lo lleva de maravilla. Caperucita lleva la cara tapada por su capucha, y sólo podemos aprenciar su nariz. Una apariencia que al principio parece inocente, pero que finalmente entendemos que se trata de su estética de macarra. Muy punk, diría yo :P
¿Un libro para adultos o para niños? La verdad es que entre los adultos triunfa, a todo el mundo le gusta. Pero claro, el final puede parecer demasiado impactante para los niños. Yo no entiendo mucho esta visión, pues el lobo suele morir en las historias que solemos contar, o incluso Caperucita suele ser comida por el lobo y casi nadie se escandaliza por ello, pero lo cierto es que sólo lo he contado a niños más bien mayores (al menos mayores de mis niños de infantil habituales), y la verdad es que se quedaron de piedra xD Así que supongo que depende más de la persona que de la edad, ¿no creen?
Aquí podéis leer detalles de su creación, y aquí podés verla al completo. No os quedará más remedio que salir corriendo a pedirla en vuestra librería más cercana, es irresistible.
Lo que no vio Caperucita Roja
En esta bonita versión, Caperu vuelve a presumir de nombre y «apellido». Es la escrita por Mar Ferrero y editada por Edelvives.
Con unas ilustraciones preciosas también en colores de madera, esta vez se cuenta la historia desde el punto de vista de la propia Caperucita, el lobo, los animalitos del bosque y la abuelita. No es que todos te cuenten la versión completa, sino que cada parte de la historia la cuenta uno de los personajes mencionados.
Se trata de una historia llena de detalles. Caperucita nos cuenta cosas que no sabíamos, como que tiene una hermana que está en lo que sus padres llaman «una etapa difícil» y que escucha «música horripilante» (me gustaría saber qué considera música horripilante, ejem!); el lobo nos confiesa su predilección por el chorizo; los animalitos del bosque que intentaron ponerle mogollón de trampas al lobo proque es tan malo malísimo que era evidente que quería comerse a alguien; y la abuelita se muestra tierna con un lobo empapado y lleno de heridas, picaduras y chichones…
Finalmente, la propia abuelita nos cuenta que el lobo jamás atacó a Caperucita, y no sólo eso sino que además da respuesta a lo que nos hemos preguntado toooda la vida sobre el cuento. ¿Cómo puede ser que la niña confundiera al lobo con su abuelita? ¿¿¿¿Es que su abuelita llevaba toda la vida sin depilarse????
Ay, es que la abuelita le había puesto su gorro con hielos para los chichones de la cabeza, y su camisón de franela para que entrara en calor… y no sólo eso sino que Caperucita necesitaba una visita urgente al oculista :P
Me encanta no sólo la historia, cómo está contada y los detalles que nos proporciona, sino también que la ilustración tiene mucho que decir en ella.
Los animalitos del bosque nos cuentan lo que le hicieron al lobo a través de un precioso dibujo.
Me encanta esta ilustración a doble página
Las páginas de guarda tienen fotos de los diversos personajes y parecen iguales, pero hay algún que otro detalle con mucha importancia en la historia que marcan la diferencia, ¿los encuentras?
Y hasta la contraportada me flipa con un tablero de esos que usan los oculistas para ver si vemos vien con letras en diferentes tamaños, pero con libitos ¿haciendo yoga? xD
En general, una historia para trabajar los diferentes puntos de vista que se pueden tener de una misma situación, que por supuesto nos podría venir bien para normalizar el uso de gafas entre los peques, porque si Caperucita lleva gafas… ¡hasta a mí me entran ganas de llevarlas!
¡Ese señor me suena!
Lo único que sí me parece un inconveniente en infantil es que puede resultar demasiado extenso en texto. No es ninguna exageración y los constantes detalles graciosos son muy positivos en este sentido, pero quizás, sobre todo si lo queremos usar en gran grupo (probablemente para contárselo a un solo niño, al prestar mayor atención, podremos introducirlo antes), está más dirigido al (lo que antes era) primer ciclo de primaria… aunque tooodo se puede adaptar, y más algo así de sencillo!
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