Libros Chulos: «La verdad según Arturo»

La primera vez que vi el libro «La verdad según Arturo» no me hizo mucha gracia el título. Tenía pinta de ser un simple libro con moralina, y yo soy de la opinión de que, aunque a veces nos venga genial para trabajar ciertos aspectos, la literatura infantil, como literatura que es, tine el objetivo de crear belleza y diversión, por decirlo de alguna forma. Así que los libros que tienen poco más que moralina, digamos que no son mis favoritos. Y la verdad es que me pareció raro viniendo de una editorial con un catálogo como el de Combel.

Pero «La verdad según Arturo» me ha enseñado que soy un ser lleno de prejuicios xD Cuando lo leí me pareció divertido, y conforme lo fui analizando empezó a gustarme más y más.Os explico las razones.

En primer lugar por la historia: el libro habla sobre un niño (Arturo, obviamente) que tiene un pequeño accidente con la bici de su hermano y el coche de su madre. Arturo le cuenta a otras personas una historia cada vez más fantasiosa e inverosimil (a la vez que graciosa) sobre lo que ha ocurrido para que tanto la bici como el coche de su madre se encuentren en ese estado, y todos le dicen que a su madre no le va a hacer ninguna gracia. Finalmente el niño decide contar la verdad, y resulta que su madre no se lo toma tan mal como creía, pues había tenido la valentía de contar lo que había sucedido.

En segundo lugar, y creo que es la razón más poderosa, por la personificación que se realiza de la verdad, ya que se presenta al mismo tiempo que al protagonista como un ente gris y amorfo, aunque con patas, ojos y una poderosa nariz xD Me sorprendió que un libro son esa moralina que yo le presumía se la retratara de un modo tan poco atractivo, pero la verdad no tiene por qué ser bonita, la verdad a veces puede hasta doler, ¿no es cierto?

En tercer lugar, el texto, porque tiene una relación con la imagen difícilmente mejorable (¿para qué voy a extender el texto para contar lo que le pasó a la bicicleta si se puede resumir en 3 dibujos de lo más aclaratorios?), porque no evita sino que además se recrea en las metáforas, y porque crea ciertas situaciones muy cómicas que se prestan a ser leídas de una manera muy dramática. ¡Y a mí me encanta teatralizar y exagerar los diálogos!

Y en cuarto lugar por las ilustraciones, porque reflejan esas metáforas de una forma tan literal que se entienden perfectamente, y porque en algunos momentos son capaces de expresar y transmitir a la perfección lo que siente Arturo. En este sentido, me gusta especialmente ésa en la que el pobre confiesa que ha sido él, con todas las flechas apuntándole como el autor de los hechos. ¿Acaso en una situación así no nos sentimos señalados, el centro de atención, como si la confesión hiciera que el «pecado» pareciera peor todavía de lo que es?

Resumiendo, «La verdad según Arturo» ya no me parece un panfleto sobre lo perjudicial de las mentiras. Tranquilos, si las decimos no vendrá el coco y nos comerá. Más bien me parece una oda a la verdad, y la verdad se merece un homenaje como éste, aunque a veces no encontremos su belleza mas que en el interior xD Y qué queréis que os diga, Arturo me parece un personaje tan humano, tan de verdad, que es difícil no sentirse identificado con él ^_^

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