11 actividades para crear, tocar, manipular las letras del abecedario

Pues ya que hablábamos el otro día de los mejores vídeos para aprender el abecedario, ¿qué os parece si nos quedamos en el mundo de las letras?

Es un mundo apasionante, y eso es exactamente lo que queremos transmitir a aquellos que todavía lo están descubriendo, ¿verdad? Pues entonces, dejémonos de tanto copia que te copia de palabras que muchas veces no tienen ningún sentido para ellos, y hagamos cosas más divertidas para descubrir las letras del abecedario. Recuerda que para los peques es muy difícil abstraer su pensamiento y asociar una grafía a un sonido y no digamos una combinación de letras que parece totalmente arbitraria a un objeto real, así que hagamos las actividades lo más manipulativas y creativas que podamos, y así nos aseguraremos de que tengan significado para ellos. ¡Ya tendrán tiempo de usar el lápiz!

Hoy tenemos 10 actividades o más bien maneras de interactuar con las letras para los peques que andan todavía un poco perdidos entre ellas. Todas estas actividades tendrán como resultado la realización de nuestro propio abecedario, pero las dividiremos en actividades más bien manipulativas (con las que además pondremos en marcha la psicomotricidad fina, y a algunas incluso las podríamos llamar sensoriales), actividades visuales, actividades motoras y actividades de relación, aunque en cada una de ellas se trabajaran también otras muchas cosas.

Las propuestas didácticas pueden ser de muchos tipos: realizar cada alumno de la clase una letra y luego juntarlas todas, ir haciéndoles fotos, que cada alumno de la clase haga todas las letras en un periodo de tiempo más largo, dar directrices claras o dejar volar la imaginación…

¡Empecemos!

Actividades manipulativas:

1. El abecedario con comida

Manipular comida es una de las cosas que más gustan a los niños, lo demuestran a diario. ¿Por qué no aprovechar esta atracción para aprender?

Un ejemplo muy claro de ello es el diseñador estadounidense Tommy Perez, que buscó la forma de enseñarle a su pequeña hija el abecedario y al parecer encontró la mejor forma a través de su proyecto «AtoZoë«, que consiste en crear letras con los diferentes alimentos relacionados con la letra.

Por ejemplo, para la letra «R» recurrió al arroz inflado, pues «rice» en inglés es arroz; o para enseñarle la letra «M», utilizó macarrones, «macaroon» en inglés, y formó la letra con ese alimento.

Tommy ha publicado a través de su cuenta de Instagram todas sus ideas. A nosotros nos viene genial porque podemos hacer servir sus fotografías para enseñárselas a los niños, para intentar recrearlas, así como a modo de inspiración. Parece que además se está planteando editar un libro con las imágenes que ha creado… ¡yo ya lo quiero!

Es una forma creativa y deliciosa de aprender el abecedario. ¿Necesitas más ejemplos?

A mí ya me está entrando hambre…

Como ves, los hay en varias versiones y algunos son sencillísimos, así que los peques también pueden hacerlos, y seguro que nos asombran con su creatividad.

Además, con los de frutas o vegetales estamos promocionando al mismo tiempo la comida sana, puesto que al manipularla y olerla, seguro que más de un mordisco se llevarán estas letras…

Otra propuesta es mediante palillos y nubes a modo de junta:

¿Y no estamos jugando con la comida? Pues sí, jugando para aprender. Nos lavamos las manos antes de jugar, y luego, a ser posible, que cada uno se coma lo que él mismo ha manipulado. Si no se tira comida mucho mejor.

2. El abecedario con gomas

Un tablerito con palos de madera salientes y gomitas, a ser posible de colores para que quede más chulo. No se necesita nada más para crear y crear…

3. El abecedario con telas y prendas de ropa

La ropa no es sólo para abrigarse. Podemos coger camisetas, pantalones, cinturones y hasta sujetadores para imitar la forma de las letras.

En realidad para esto no nos hace falta muchísimas cosas. Con trozos de tela puede quedar genial y es facilísimo.

4. Letras en la arena

Ésta es una actividad muy sensorial, al estilo Montessori. No sé a vosotros, pero a mí me encanta tocar con los dedos la arena de la playa y hacer dibujitos. Con una bandejita, arena (o cualquier otro material similar), y un modelo, tenemos una actividad no sólo cognitiva sino que seguro que hasta relajante.

Y si además añadimos un poco de color al fondo, diversión asegurada.

Por supuesto, podemos hacer la actividad ala inversa.

Y si para rematar podemos utilizar una mesa de luz, delicia para los sentidos nivel supremo.

5. Abecedario en papel para montar

Ésta es una actividad mucho menos creativa, puesto que ya viene hecho. Pero también es verdad que es muy manipulativa, porque hay que recortar, doblar cuidadosamente y pegar, y a los niños les encantará el resultado.

Además, si os fijáis, cada letra está relacionada con la inicial del dibujo que la representa, aunque en inglés, claro.

Aquí tenemos un enlace a un zip con todas las letras, aquí cada una de las letras por separado, y aquí un tutorial para hacerlo lo mejor posible. Sí, no tiene pinta de fácil, pero podemos ayudarles a realizarlo y el resultado es muy pero que muy chulo.

 

Actividades visuales:

6. Abecedario con piedras

Sólo hay que escribir letras encima de las piedras, ya sea con rotus o con pintura y pincel, dependiendo del nivel de paciencia, motricidad fina, y por supuesto de lo dispuestos que estemos a ensuciar el lugar de trabajo. No me digáis que no queda un abecedario precioso…

Podemos ponerlas en un cuadro y colgarlas en la pared para poder ver nuestro abecedario tantas veces como queramos.

 

 

7. Abecedario fotográfico

Sólo tenemos que animar a los niños a sacar fotos de todo aquello que les recuerde a una letra en  concreto o a cualquiera de las del abecedario. Luego las vemos todas, a ver si todos vemos las mismas letras, y podemos hacer un collage para tener nuestro propio abecedario fotográfico, con fotos de cosas de la vida cotidiana. Más personal, imposible.

Aquí algunos ejemplos:

No nos saldrán tan chulos, pero lo dicho, serán muy nuestros y por tanto muy significativo para cada niño. Además, es un ejercicio de abstracción genial, de atención, de observación, de psicomotricidad fina si no queremos que las fotos salgan movidas…

 

8. Abecedario de luces

Con una cámara chula en la que podamos toquitear cosas, podremos aumentar el tiempo de exposición, y por tanto podemos hacer cosas como ésta, tan solo moviendo una luz en el aire:

Sí, es una actividad difícil, pero la necesidad de orientación espacial es máxima (la lateralidad es crucial en este caso, puesto que tendremos la cámara de frente) y estoy segura de que vale la pena intentarlo. Probablemente tengamos que hacer muchas repeticiones hasta que una letra quede como nos gustaría, así que puede ser un ejercicio de repetición sin igual. Y el resultado es taaaan bonito…

9. Abecedario con tipografías

Para esta actividad, podemos hacer fotos de letras que nos gusten en anuncios, marcas, libros, titulares de prensa… o incluso recortarlas de revistas. Como las tienen que buscar ellos, además de llevar el recuento de las letras que faltan por aparecer, va a ser un aprendizaje significativo, seguro.

Y podemos modificar la actividad para llevarla un poco más lejos: letras hechas con esa misma letra repetida muchas veces:

¿Queda claro de qué letra hablamos?

Actividades motoras:

10. Abecedario con el cuerpo

Lo mejor para poner en marcha el cerebro a estas edades es el movimiento, y con este tipo de actividades vamos descubriendo también nuestro propio cuerpo y sus posibilidades de acción.

Podemos hacer las letras individualmente o en equipo, y en el suelo o de pie. De cualquier manera será genial sacarles fotos para que se partan de risa al verse en posiciones ridículas. Y por el camino no sólo han dibujado una letra sino que la han vivido.

Actividades de relación:

11. Abecedarios inicial – objeto

Con esta actividad se pretende darle un uso al aprendizaje de las letras. Si no sabemos leer todavía, sí que podemos aprender fácilmente algunas palabras que empiezan con cada letra del abecedario.

En general, los coles lo hacen con los nombres conocidos, pero también lo podemos hacer con los objetos cotidianos (¡o con los dos!), sobre todo si son los propios niños quienes buscan estas relaciones inicial – objeto. Y todo siempre cuanto más manipulativo, mejor.

Y hasta aquí la entrada de hoy. Disculpad el tamaño, hay muchas fotos porque me cuesta un poco seleccionar xD

Me he quedado con ganas de hacer muchas de las actividades arriba descritas. Las próximas entradas irán en esta línea. Letras y más letras, ¡hasta que nos salgan por las orejas!